jueves, 23 de septiembre de 2010

EL TEMA NO ES PICAR O NO PICAR, SINO DONDE HACERLO Y COMO HACERLO

Luego del trágico episodio del pasado domingo en el balneario de Piriápolis, donde un joven que realizaba picadas ilegales terminó muriendo acribillado a balazos, nuevamente se instala en distintos ámbitos la discusión sobre “la moda” de la velocidad en espacios prohibidos.
Volvió al tapete el pedido de un espacio para tales actividades, aunque ello llevaría de la mano el incremento de los controles para evitar, en ese caso, la continuación de las violaciones a las normas de tránsito.
Mientras, por culpa de las “picadas”, directa o indirectamente se perdió otra joven vida.

La muerte de Michel Sebastián Mariño Olivera (23) quien realizaba “picadas” ilegales por la rambla de los Argentinos en Piriápolis el pasado domingo, y fue muerto a balazos por un Policía durante un operativo desatado luego que desoyera al menos dos órdenes de detenerse, puso nuevamente “la moda” de la velocidad en el primer lugar de las discusiones en los más diversos ámbitos.

Piriápolis vuelve a ser golpeado por un hecho extremadamente violento que no registra antecedentes, pero, la verdad, principio tienen las cosas. El joven fallecido pretendió burlar algunos controles policiales que apuntaban a llamarle la atención por su intento de “picar” en plena Rambla de los Argentinos, durante un fin de semana de gran movimiento, porque se iniciaban las vacaciones de primavera, y había una exposición -tradicional- de tunning. El homicidio que cometió un efectivo policial es harina de otro costal, porque definitivamente fue eso: un homicidio que para muchos aún no tiene explicaciones.

Ciudadanos de todas las edades, comenzaron a coincidir en que, así como este joven perdió tan injustamente la vida acribillado a tiros por la espalda por un policía, otros han dejado de existir por el mismo origen: las picadas ilegales. Un apreciado joven de Maldonado, sin ir más lejos, perdió la vida meses atrás cuando tripulando su camioneta VW Sabeiro, “picaba” junto a un amigo en la Ruta 39, entre San Carlos y Maldonado.

Otros, motonetistas amantes de la misma modalidad, han sufrido lesiones de todo tipo que no están en las estadísticas, por haber protagonizado accidentes durante las picadas.

La mayoría de los maldonadenses exige que se legisle al respecto y que haya sanciones severas para quienes realizan “picadas” en calles, avenidas o rutas del departamento.

Cada día, pero fundamentalmente los fines de semana, autos, camionetas y motos “preparados”, protagonizan picadas en los lugares más insólitos, poniendo en riesgo no solo su propia vida, sino la de peatones, automovilistas o vecinos. Los operativos, cuando se realizan, no ponen fin al problema y parecen poco efectivos.

Muchos vecinos se preguntan como pueden circular regularmente, vehículos que tienen alterados sus parámetros de fábrica, como frenos, amortiguadores o luces, y lo que es peor, no cuentan con placas como exige la ley.

Los amantes de esta modalidad, por su parte, entienden que tienen derecho a hacer eso, en tanto no haya un lugar adecuado para tal fin; remarcan que son demasiados y que es una actividad que se ha extendido en todas partes.

Ellos gastan miles de dólares en transformar (o deformar) sus vehículos en peligrosos  bólidos.

LA PISTA DE PICADAS

Años atrás, se manejó insistentemente la posibilidad de concretar una pista de “picadas” en la ex pista del aeropuerto de El Jaguel, donde de hecho, esporádicamente hay grandes concentraciones de vehículos, llevando igualmente adelante esta actividad.

Para colmo, allí están depositadas las gigantescas barras de cemento que son utilizadas para los circuitos callejeros que se arman tanto en Punta del Este o en Piriápolis cuando se realizan competencias oficiales.

La probabilidad de que en esa zona se concrete un proyecto de esas características, está en un impass por la sencilla razón de que allí, está previsto erigir el anhelado Centro de Convenciones y Predio Ferial de Punta del Este. Y en el entorno, seguramente habrá otros desarrollos.

No parece fácil, entonces, concretar una pista de esas características, aunque bueno es decirlo, tampoco es imposible.

En este marco, comienzan a surgir alternativas y a mencionarse otras zonas como posible asentamiento de una pista para picadas: se habla de la antiquísima pista de automovilismo de Piriápolis, hoy abandonada, ubicada detrás del cerro San Antonio; o algún tramo de viejas rutas que hoy no están habilitados para el tránsito, en varios puntos del departamento.

También surge la pregunta: ¿una pista para picadas, detendrá efectivamente a los inconscientes que practican hoy esta actividad casi con impunidad absoluta?.

Mientras la discusión se ha instalado, hay por otro lado quienes ya proponen, mucho antes de encontrar una definitiva solución, que la pista se denomine Michel Mariño, en homenaje al joven asesinado el domingo en Piriápolis.

ريكاردو ألمادا

miércoles, 8 de septiembre de 2010

CUANDO PARA LA MEMORIA 5 VIDAS NO VALEN NADA

En el Puerto de Piriápolis
Aquel 23 de agosto de 2005 anochecía como otros días de cualquier invierno, aunque con muchos preparativos por la tan cercana Noche de la Nostalgia.

Ningún pronóstico meteorológico llamaba la atención; de hecho, no se cuantos uruguayos le prestarán atención alguna vez a los pronósticos, aunque desde entonces creo que todos tenemos una mirada diferente al respecto.

Dicen, que una empresa brasileña alertaba sobre la posibilidad de “algo”; pero claro, dicen que alertaba pero nadie lo dijo antes. Con los años nos hemos habituado a los alertas que según su importancia cambian de color: de verde a amarillo; de amarillo a naranja; de naranja a rojo.

Lo cierto es que aquel 23 de agosto, horas antes de la medianoche, de pronto el área costera del departamento de Maldonado se vio sumida en lo que se transformaría en una de las catástrofes más grandes que recuerde su historia.

Cada 23 de agosto -hace algunas semanas hizo 5 años de aquel hecho-, se recuerdan los daños, las pérdidas, lo que le costó a la Intendencia de Maldonado, al Estado, a todos los maldonadenses aquel verdadero desastre.

Recuerdo con pavor -y dolor- como con el paso del tiempo aquello tan duro que nos tocó vivir se politizó. En pocos meses, fundamentalmente el espectro político, dejó de lado todo para encarnizarse en una interminable discusión sobre los costos del fenómeno, y su incidencia en el déficit de la Intendencia de Maldonado… Satenil pasó a ser la palabra más pronunciada en muchos ámbitos y como por arte de magia “hizo desaparecer” cualquier herida, cualquier síntoma de dolor. Todo quedaba atrás mientras la infraestructura de las zonas afectadas comenzaba a recuperarse.

Lástima, todo eso me da lástima: porque para la memoria 5 vidas no valen nada; absolutamente nada.

LAS PERDIDAS MATERIALES
Una cantidad no cuantificada de viviendas y comercios con severos daños, decenas de yates, veleros y barcos de pesca destrozados o hundidos, cientos de árboles caídos, ramblas literalmente devastadas, rutas nacionales y calles cortadas por varias horas, 180 evacuados en todo el departamento y servicios esenciales interrumpidos casi por 24 horas, fueron algunas de las más graves consecuencias del violento temporal de viento que se abatió sobre Maldonado en las últimas horas del martes 23 de agosto de 2005 y las primeras del miércoles 24.

Según informaron autoridades meteorológicas de la estación Punta del Este, los vientos alcanzaron una intensidad de 180 kilómetros por hora, entre la hora 22.00 del martes y las 05.00 de la mañana del miércoles, fenómeno que no se registraba desde hacía 40 años.

Tengo miles de detalles de las pérdidas materiales, innumerables, millonarias; pero nadie nunca más recordó a las 3 personas que murieron aquella noche-madrugada de terror y las otras 2 que perecieron a los días siguientes por los efectos del fenómeno.

LAS PERDIDAS HUMANAS
Fueron 5 las vidas que se perdieron en el departamento de Maldonado a raíz del fenómeno, luego, analizado con tiempo, caratulado como un “ciclón extra tropical”.

La primera víctima fatal se produjo a la hora 3.00 del miércoles 24, cuando el viento aún golpeaba con ferocidad sobre toda la zona. En una zona de asentamientos de La Capuera, un pesado árbol cayó sobre la vivienda de José Bonilla de 53 años quien falleció en el acto.

En Pan de Azúcar un hombre de 60 años fue encontrado muerto en la calle sobre la madrugada del miércoles 24, electrocutado por un cable del alumbrado público que había caído.

En el balneario Playa Hermosa, a las 6.00 de la mañana del miércoles 24, fue encontrado muerto un hombre identificado como Luis Antonio Lasague. Se le diagnosticó paro cardiorrespiratorio por hipotermia.

El 26 de agosto, poco antes del mediodía, un hombre murió mientras trabajaba talando la copa de un árbol a la altura de la parada 27 de playa Mansa, entre las calles Cabritos y Cruz del Sur. José Suárez era uno de los varios cientos de trabajadores que por esos días fueron volcados a las calles, tanto por organismos oficiales como por empresas privadas para avanzar en el reordenamiento de las zonas más afectadas por el temporal de la madrugada del miércoles. Suárez estaba trepado a un árbol que amenazaba con caer encima de una finca, cortando grandes gajos de la copa, cuando en determinado momento una rama le dio un fuerte golpe que le provocó la caída y su posterior muerte.

La madrugada del domingo 28, dejó de existir una joven de solamente 19 años que al intentar ingresar a su casa en el barrio Maldonado Nuevo el viernes 26, resultó electrocutada por un cable de alta tensión que estaba en el suelo y no alcanzó a divisar. La joven, identificada como A.S.S.T., elevó a 5 el número de víctimas fatales.

De ellos, nunca nadie más habló. De ese déficit de sensibilidad y humanismo nadie más habló. Vivimos a un ritmo increíble, como si esto fuera la gran urbe, solo preocupados por nosotros mismos, y como si 5 vidas no valieran nada.


ريكاردو ألمادا

viernes, 30 de julio de 2010

DECISION ATINADA: UNA GRAN CARCEL PARA UN GRAN BALNEARIO


El senador José Mujica, hoy Presidente de la República, no tuvo empacho -fiel a su estilo sencillo, claro y honesto- cuando el año pasado visitó Punta del Este, se reunió con operadores y visitó el Hotel Conrad, en reconocer que “el turismo”, ineludiblemente es uno de los sectores generadores de más divisas para el país.
Eso es reconocer una realidad que por la razón que sea, Mujica no conocía o no atendía, por aquel concepto que lo llevó a pronunciar hace más de 6 años una frase célebre: “los argentinos vienen a lagartear”.

Ese hombre, aquel senador, hoy es el primer mandatario del Uruguay, ese Uruguay que increíblemente tiene como principal titular en todos los medios, todos los días, la problemática carcelaria.
¿Debiera ser ese el título principal?, sin dudas no. Lo que está pasando es fiel reflejo de una realidad real, cruda, tangible, dolorosa. Y no pasa por caer en la frasecilla “tan” de políticos, de que esto se arrastra de hace tanto o cuanto tiempo. Es momento que el Estado, que somos todos, definitivamente busque soluciones, para que compatriotas -cuyas acciones no compartimos, porque han matado, han violado, han herido y han destrozado familias-, no mueran quemados en una cárcel, pero tampoco pasen años y años cultivando el ocio sin posibilidad alguna de recuperarse y volver a la calle con chances de ser gente de bien.

Por estos días, la sociedad maldonadense toda, está enfrascada en una gran discusión, luego que se afirmara la intención del Poder Ejecutivo, de transformar la cárcel de Las Rosas, en un establecimiento de reclusión regional, es decir, con una capacidad mucho más amplia que la actual; y no importa si van a trasladar reclusos de aquí o de allá. Al fin de cuentas, mientras haya lugar, los traerán de todas partes.
Por estos días, también algunos actores políticos, de todos los partidos, hacen su zafra, politizando el problema, obviamente, porque ese es “su palo”. Algunos esgrimiendo razones en un sentido o en otro, coherentes, tendientes a aportar ideas; otras no tanto, simplemente emitiendo opiniones políticas para no quedad fuera del tapete… faltaba más.
La realidad por múltiples razones, indica que aquello que manifestó el hoy Presidente de la República (las divisas del turismo) contrasta duramente con el hoy pretendido intento de regionalizar la cárcel de Las Rosas. Pareciera lisa y llanamente una incoherencia, que nada tiene que ver con la Emergencia Carcelaria, ni con el cuidado de los sectores más productivos del país.

Imaginémonos la instalación de una fábrica de autos en el corazón del área agropecuaria más importante del país; o el florecimiento de curtiembres a orillas de la Laguna del Sauce o Rincón del Bonete. Parecen tontas estas comparaciones, pero sirven para ver con la lupa los daños que pueden provocar algunas decisiones. Valoro aquellos que entienden y deciden en función de lo que es la sustentabilidad.

¿Es el área circundante a Punta del Este el lugar ideal para erigir una cárcel de grandes dimensiones?. Pareciera que no, porque el principal polo turístico del país está rodeado por miles de hectáreas donde florecen los emprendimientos agropecuarios, las chacras marítimas, las grandes residencias de campo para el descanso.
¿Y que hay de aquellos inversores que se pretenden atraer?. Seguramente todo se desvalorice rápidamente en el entorno de un establecimiento de reclusión que podrá tener 1.000, 2.000 o más reclusos, porque ese es otro detalle: nadie sabe cual será el límite.
Tonta parece alguna pregunta que ha surgido por ahí, respecto a si alguien que va de paseo a alguna parte del mundo, pregunta si hay una cárcel. La verdad, nadie lo hace, obviamente, como nadie que venga a Punta del Este por una semana o dos semanas lo va a hacer
El punto está en aquellos que tienen el potencial económico como para invertir en la zona, o en cualquier zona.
Esto no es Brasil o Estados Unidos. Esto es Uruguay, y todo es más pequeño, más cercano; las distancias son cortas. El estallido de un problema en una mega cárcel ubicada a 10 minutos del principal balneario uruguayo, va a repercutir en el principal balneario uruguayo, porque se hablará del problema en la cárcel de Punta del Este. Pero peor aún, repercutirá -y negativamente- en uno de los principales motores de la economía uruguaya: el turismo, ese turismo que “alucinó” al hoy presidente cuando era Senador de la República.

Alguien dirá, “pero nadie quiere tener una cárcel en el fondo de su casa”, y es una realidad, nadie desea eso. Pero la discusión no pasa por si a los maldonadenses les gusta o no una cárcel, la discusión debe pasar por elegir un lugar adecuado, sea donde sea, para que el proyecto de normalización del sistema carcelario uruguayo, sea sustentable en el tiempo y no solo un parche.
¿Por qué no una cárcel modelo, amplia, actualizada, al norte de la ciudad de San Carlos, sobre Ruta 39?. ¿Porqué no una cárcel al noroeste, sobre la Ruta 60?.
¿No será que la empresa adjudicataria de la licitación directa, por excepción, para llevar adelante la ampliación de Las Rosas, hizo alguna oferta tentadora para seguir ampliando las obras?.

Es curioso, o llamativo al menos, que justo a 10 kilómetros de Punta del Este se decida construir una cárcel regional, mega cárcel o como se le quiera llamar, cuando en realidad la adjudicación de las actuales obras de ampliación, apuntaron a descomprimir la situación de una cárcel que llegó al límite, al extremo que se produjeran hechos de tanta gravedad como la muerte de dos reclusos.
O ya todos olvidamos que hace una treintena de años Las Rosas fue construida para no más de 150 reclusos y llegó a un pico que rondó los 500 hace dos años.
Se proyecta una cárcel regional, pero quienes la proyectan, en tanto, no reparan en la situación actual de esa pocilga: deterioro, riesgo de incendio, riesgo de fugas, estado sanitario deplorable, hacinamiento absoluto, precaria asistencia sanitaria.

Parece una locura, pero todo indica que para un gran balneario se quiere construir una gran cárcel, como si no hubiese en toda la región un lugar más adecuado. Así seguiremos emparchando, bien a la uruguaya, atándola con alambres.
Pan para hoy hambre para mañana.

miércoles, 21 de julio de 2010

UN LIBRO SOBRE MIGRACIÓN ADVIERTE LOS RIESGOS DE LA MIGRACIÓN EN MALDONADO


Presentaron el libro “Maldonado sus nuevos desafíos - Un estudio sobre migración y trata de personas en el Este de Uruguay”, de Juan Miguel Petit, consultor de la Organización Internacional de Migraciones (OIM). La publicación, sugiere acciones de sensibilización acerca de los peligros que implica la migración dentro y fuera de fronteras, y su lanzamiento fue acompañado por altas autoridades departamentales y nacionales como el presidente del INAU.

La obra promovida por la Organización Internacional de Migraciones (OIM), con investigación y redacción de Juan Miguel Petit y la asistencia técnica de Pilar Urraburu, fue presentada este viernes, durante un acto celebrado en el salón de actos de la intendencia de Maldonado, al que asistieron el director general de Integración y Desarrollo Social del municipio, maestro Gustavo Salaberry; el presidente del directorio del INAU, psicólogo Víctor Giorgi; la directora de Derechos Humanos del MEC, María Elena Martínez; el redactor del libro, doctor Juan Miguel Petit y la encargada de la misión en Uruguay de la OIM, Susana Leonardi.
En su página 71, el libro afirma que el “fenómeno de la trata no suele ser encarado como un problema real”, aunque sí hay “una creciente preocupación” por realidades que se viven como nuevas, acuciantes y explosivas. La actividad de los trabajadores sexuales (como suele ocurrir en todo el país) es ajena a políticas interdisciplinarias de asistencia.
Según testimonios de organizaciones barriales y educadores vinculados a programas asistenciales y recreativos, “en las zonas más carenciadas se convive con casos de abuso o explotación sexual que a veces demoran en ser detectados y denunciados”.
El documento indica que en el país “no hay una política policial ni una actitud judicial tendiente a que se encaminen investigaciones dirigidas a detectar el proxenetismo”.

El riesgo Maldonado
En la publicación, se confirma que en el departamento de Maldonado, “el 18% de los trabajadores sexuales encuestados responde que trabajó sexualmente en el exterior, mientras que un 28% dice que recibió ofertas para hacerlo, y un 21% afirma que esas ofertas son frecuentes”.
Asimismo, una encuesta realizada entre 52 trabajadores sexuales, pacientes del área de Profilaxis Sexual del hospital Doctor Elbio Rivero de Maldonado en el año 2007, muestra que los relevados nacieron un 54% en Montevideo, un 38% en otros departamentos y el 8% en Maldonado. “Maldonado requiere más atención de las políticas públicas y un nuevo ensamblaje de los programas del gobierno central para enfrentar una realidad social… con una migración desordenada y desatendida, ruptura familiar (una sociedad sin abuelos), niños que quedan solos sin nadie que se haga cargo de ellos, informalidad y zafralidad laboral paradójicas (alto empleo en verano y bajo en invierno), mercado sexual con prostíbulos y rotación de mujeres de todos los departamentos donde no están claros los acuerdos laborales cuando existen, falta de identidad y jóvenes sin espacios”, menciona el libro.

LA EMBLEMATICA CRUZ DEL CERRO PAN DE AZUCAR EN TOTAL ESTADO DE ABANDONO




La cruz que corona el cerro Pan de Azúcar, a punto de llegar a sus 80 años, presenta un estado de total abandono y deterioro en su estructura, aunque permanece habilitada para la visita de lugareños y turistas.
Concebida en el año 1933, con sus 35 metros de altura sobre el cerro Pan de Azúcar, permite una observación sin igual del paisaje de toda la región.
Aunque instituciones u organizaciones no han alzado la voz por el deterioro de una construcción emblemática y de gran atractivo turístico, decenas de vecinos y visitantes nos han hecho saber la situación.

La cruz que se erige sobre el cerro Pan de Azúcar, visible desde varios kilómetros a la redonda, y verdadero emblema de la denominada Zona Oeste del departamento de Maldonado, presenta un alto grado de descuido, y lo que es más grave, de deterioro en su colosal estructura de hierro y cemento.
Días atrás, ascendimos hasta la cumbre del Pan de Azúcar para verificar las múltiples denuncias y muestras de preocupación, llegadas por distintas vías, tanto de residentes de la zona como de ocasionales visitantes. Fue merced al apoyo de la Base Aeronaval Capitán Curbelo, con asiento en Laguna del Sauce, que, transportó a este corresponsal en el helicóptero Wessex 081 hasta la cumbre de la mole de granito que domina la zona.
Allí se puede verificar que no solo el entorno de la base de la cruz de 35 metros está absolutamente descuidado, sino que la propia estructura de hierro y cemento, presenta un alto grado de deterioro.
Llegar a la cumbre del cerro Pan de Azúcar (tiene una altura de 423 metros, y es el punto más alto de los cerros que se ubican sobre la costa del departamento de Maldonado), siempre ha sido un desafío por cuanto no existe un camino delineado, sino que se asciende y desciende observando en distintos puntos, flechas pintadas en las rocas que conducen a la cumbre o a la falda.
Sin embargo, el entorno de la base misma de la cruz, se presenta prácticamente inaccesible por la presencia de gran cantidad de arbustos, espinas de cruz y un enorme volumen de residuos que dejan los propios visitantes, y que demuestran que no existen acciones de mantenimiento regulares.
En el propio ingreso al interior de la cruz, donde se inicia la angosta escalera caracol que lleva hacia los brazos a través de 102 escalones, existe un profundo pozo -lleno de agua- apenas cubierto con una chapa de hierro. Apenas se inicia el ascenso hacia los brazos, donde pueden observarse paisajes inigualables a través de enormes ventanas, cómodamente sentado en largos bancos de cemento, aparecen al desnudo “los hierros” de la estructura e interminables manchas de color verde que, confirman el ingreso masivo de agua de lluvia y la permanente presencia de humedad. En el avance, se pueden constatar rajaduras y desprendimientos de material que siguen confirmando el alto grado de deterioro y abandono, que contrasta con miles de graffitis de todos los colores, estampados desordenada y desprolijamente por los visitantes.
Uno de los soportes del brazo (cada uno tiene 14 metros de largo) ubicado al Oeste, muestra una importante rotura.
Hace muchos años
En 2006, nos hicimos eco de una denuncia presentada ante la Junta Departamental de Maldonado, por el edil del Frente Amplio, Alejandro Martínez. El edil oriundo de Piriápolis, ofreció un pormenorizado informe de la situación de la cruz, exhibió fotografías que daban testimonio y logró que pocos días después la intendencia clausurara las visitas al lugar hasta tanto un grupo de técnicos evaluara el estado de la estructura. Tas ello, se realizaron trabajos de mantenimiento, pero no fueron suficientes ni duraderos en el tiempo.
"Observando más técnicamente la cruz vemos daños estructurales, como hierros a la vista en muy mal estado, e incluso en partes críticas como en los soportes de los grandes brazos de 14 metros de largo, que tienen una capacidad de hasta 20 personas sentadas cada uno, situación que entiendo que en caso de ser necesario en épocas de mucha afluencia de turismo, tendría que regularse la entrada de personas", afirmó el edil en los primeros días del mes de julio de 2006.
Respecto a la escalera caracol --de unos 30 metros de altura--, que lleva hasta los brazos, aseguró que "también está deteriorada a pesar de que se ven intentos fallidos anteriores para proteger el hierro con pintura y mortero de arena y cemento.
Al llegar a los brazos seguimos encontrándonos con el feo aspecto de las pintadas en las paredes, pero la parte más preocupante de la estructura es aquí donde la podemos apreciar de cerca, partes de hormigón faltante que dejan a la vista el hierro en muy alto estado de oxidación y en algunas zonas hierro inexistente", además, "se ven grietas en el suelo y techo de estas galerías panorámicas, pero lo que más me preocupó fue la acumulación de agua en el brazo Este, como si estuviera quebrándose a la altura de los soportes inferiores", agregaba.
Histórica y turística
Alejandro Martínez (hoy electo concejal para el municipio de Piriápolis), lamentaba en su exposición, que la situación que constatara no haya sido antes atendida, habida cuenta de que el lugar se constituye en un mirador espectacular del Este uruguayo, desde donde se puede observar el balneario de Piriápolis y el mar -al Sur-, la ciudad de Pan de Azúcar y las sierras de las Animas -al Norte-, al igual que con buen tiempo, Punta del Este y la isla Gorriti -al Este-.
“Este es un paseo imperdible para los visitantes, como es la estatua de la Libertad en Nueva York con mirador panorámico; el nuevo cristo de Camboriú, que tiene un haz de luz que ilumina la ciudad, y lo identifica como un centro atractivo para los visitantes y turistas por las noches. Otro ejemplo es el Cristo Redentor del Cerro Corcovado en Río de Janeiro, obra más comparativa por haberse realizado con el mismo motivo y en el mismo año (1933), este ha sido mucho más conservado y auspiciado por el país, convirtiéndose en símbolo representativo de Brasil a nivel internacional", agregaba.